EL CAPITÁN TRUENO
Nurieta González Sebastiá
Dibujos: Ramón Gutiérrez Arroba
El Capitán Trueno es un héroe de cómic
y no tiene, por tanto, un guion único. El héroe de este cuento va siempre
acompañado de tres amigos fieles: Goliat que es muy fuerte, Crispín atento a
los peligros y hábil y Sigrid que le recomienda al héroe valores femeninos como
la paciencia o la prudencia.
En un taller tuvimos ocasión de
trabajar con un alumno que quería encarnar al Capitán Trueno. Podemos reseñar
que este alumno habló el día anterior, en la ronda previa en la que cada uno
hablaba, de cómo estaba y de sus preocupaciones, de una cita con dos amigos
para ir al teatro y de lo que había sucedido. Estaba contento de haber quedado
con esos dos amigos y frustrado y enfadado porque el plan previsto por él no
había podido llevarse a cabo porque la obra anunciada en el teatro no se
representaba, había un error. Era importante la relación con esos dos amigos y
cómo encarar la frustración en esa compañía. Todos sus compañeros y nosotras
recordamos lo que había compartido en la ronda inicial, cuando eligió el
Capitán Trueno y desarrolló la historia con Crispín y Goliat.
Este alumno comienza a leer el cuento
en primera persona: “Un día yo, un caballero español decido ir a tomar parte a
favor de los desfavorecidos y hacer causa justa con Goliat y el joven Crispín.
Partimos a la búsqueda de aventuras abandonando España. Navegamos por aire, en
globo, y llegamos a partes del mundo desconocidas. Todo caballero tiene una
prometida. Tras un encuentro con el viejo Ragran, me enamoro de su hija Sigrid.
Ella muestra hostilidad hacia mí. Poco a poco el rechazo se torna en aprecio.
No permanecemos juntos. Ella se queda en la isla siguiendo las tareas de su
padre que fallece. Yo, por esos mundos, haciendo amigos y no olvidando a mi
prometida Sigrid”.
A la pregunta de qué le resuena de
todo esto que ha narrado dice que está confundido. Dice: “Tener dos amigos es
fundamental. Lo de la princesa también. Sólo he tenido una relación importante
que creo que está cerrada. La idealicé mucho y luego vi que ni yo soy un
príncipe ni ella una princesa”.
En este relato apreciamos junto con el
conocimiento del participante y sus propias palabras, la necesidad de alianzas
masculinas y de una relación de pareja. Le propusimos dramatizar su relato
escogiendo entre sus compañeros a Goliat, Crispín y Sigrid. Este Capitán Trueno
comenzaba sus imaginadas aventuras diciendo, por ejemplo, “vamos a cruzar el
Mediterráneo y nos vamos a China”. Pero inmediatamente después perdía la
energía y vitalidad necesarias para encarnar este personaje. En esos momentos
sus compañeros Goliat y Crispín le animaban. Por ejemplo, el compañero que
estaba en el lugar de Goliat decía de los enemigos: “¡vamos a lincharles”! Y
nuestro Capitán Trueno recuperaba su energía.
Aún con la ayuda de sus compañeros él
pedía nuestro apoyo. Nos decía que era todo muy mental y que se quedaba en
blanco. Nosotras le decíamos que buscara apoyo en los amigos de su cuento. Así
lo hacía. En un momento determinado ellos le hablan de “injusticias” y el
Capitán Trueno vuelve a resurgir para devolver la justicia.
Lo que nosotras vimos y explicamos a
este participante es que había otra forma de buscar las aventuras, otra
forma de salir al mundo, en compañías masculinas en lugar de recurrir a
nosotras como representación materna. Porque sólo así podría empezar a buscar a
su Sigrid. Pero no fue un trabajo mental porque a él eso no le ayudaba mucho y
nos lo decía: esto es algo mental. Lo que pensamos que le pudo ayudar fue la
acción acompañada del movimiento corporal, de los gestos de gesta heroica que
iba desarrollando animado por Crispín y Goliat. Cabe la posibilidad de que algo
de eso, de su héroe de infancia, fuera incorporado.
Con este alumno no trabajamos otro
personaje de polaridad opuesta. Cuando llegó el momento de la caracterización
del personaje polar, optamos porque encarnara en su totalidad al Capitán
Trueno. Este personaje era el ideal que él no sentía que pudiera alcanzar. Era
su héroe, pero se sentía muy lejos de él, era un ideal de sí mismo muy alejado
de su propio autoconcepto. Como continuación a su trabajo previo en el que
habíamos hablado de buscar apoyo en sus iguales y no en figuras maternas, se
caracterizó como Capitán Trueno y buscó dos compinches que le animaran a sus
aventuras. Es un ejemplo de trabajo en el que primero se hace algo, se actúa
algo y luego se elabora. Incluso se puede actuar con una finalidad
explícita, finalidad que es recogida por nosotras y por todo el grupo. Se
propone al participante que haga un personaje para que pueda vivir algo, en
este caso la actividad heroica del Capitán Trueno.
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