An Education



AN EDUCATION

Nurieta González Sebastiá
nurieta.gonzalez.@hotmail.com 


Dibujos: Ramón Gutiérrez Arroba


Queremos señalar que los conflictos presentes en los cuentos siguen siendo enteramente actuales y, como no podía ser de otra manera, pueden verse reflejados en películas como ésta que nos proponemos reseñar. 

An Education de la directora Lone Scherfig. La vimos en el cine cuando pensábamos acerca de los cuentos y nos dimos cuenta de que era la historia de un cuento de hadas. Es del año 2009 y tuvo tres nominaciones a los Óscar como mejor película, mejor actriz y mejor guion adaptado.  

Incluimos el análisis de la película para mostrar cómo los cuentos de hadas recogidos a través de siglos corresponden a guiones inscritos en nuestra cultura, incluso en los valores que la contradicen, pero que no dejan de señalar su base histórica. El guion de An Education es un guion absolutamente actual, era actual en los años en que está ambientada (los sesenta) y lo era mucho antes. Niñas y niños de generaciones atrás oyeron cuentos que tenían este guion. 

Esta historia del cine nos ha recordado en especial a Caperucita Roja. En la película se cuenta la historia del paso por la adolescencia de una joven. Se desarrolla en Gran Bretaña en los sesenta. La educación que recibe incluye una preocupación única del padre: el rendimiento en los estudios. Se muestra en la película que ese objetivo está al servicio de otro mayor que es el de casarse con alguien con un buen estatus social y económico. Así Jenny debe estudiar violonchelo pero no mucho, sólo lo justo para que en su currículo figure el chelo como ese punto especial que le puede dar acceso a la Universidad de Oxford. Y tiene que ser precisamente el acceso a esa Universidad que es de las más exigentes. Así el mandato es: debes estudiar violonchelo. El siguiente mandato es: no pierdas el tiempo con el chelo, dedícate a tus estudios. Y otro más: ninguna de las dos cosas anteriores es importante, lo importante es con quién te cases. 

Yenny, la protagonista, se enfrenta a su padre y aprovecha esas incongruencias, las hace explícitas. Contesta al padre: “¡ah! ¡Vale! Entonces dejo la orquesta”. Y el padre insiste en esos mandatos contradictorios: “no, no puedes dejar la orquesta. Tocar en la orquesta es muy bueno para entrar en Oxford”.  

Además de los estudios, aparecen en el film los primeros ensayos de Jenny en la pareja, a través de un compañero que está interesado en ella. Un joven inseguro, con granos, que hace regalos a su chica, regalos de adolescente. Ese chico regala a Yenny un diccionario. 

Casualmente Jenny conoce a David, un hombre mucho mayor que ella, que la recoge junto con su chelo en medio de una intensa lluvia y la lleva en su coche a casa. A partir de ese momento Jenny empieza a ver el mundo de otra manera. David la seduce y no sólo a ella sino a sus padres que pasan de prohibir cualquier actividad fuera de su orden a permitir salidas nocturnas e incluso viajes de su hija con David con pretextos absurdos.  

Yenny ha conocido a su “lobo”, alguien que la aparta del camino como en el cuento. Y los padres, que en principio le exigen estudiar, pasan a permitir y casi arrojarla a los brazos de ese hombre tan encantador. Jenny, Caperucita, entrando en su primera juventud se aparta de su camino de estudios en los que, por cierto, está muy interesada y es muy brillante y comienza una vida de lujo, coches, vestidos, fiestas...Todavía no le ha visto las orejas al lobo. O mejor, no ha querido vérselas. La película nos enseña momentos en los que Jenny se da cuenta de que no es el hombre ideal, no es un príncipe azul sino que tiene oscuros negocios en los que se aprovecha sobre todo de solitarias ancianas. Otra similitud con el cuento de Caperucita en el que las damnificadas son la niña y su abuela. 

Este cuento/película termina bien al igual que Caperucita. Jenny tiene una segunda oportunidad y consigue con mucho estudio e insistencia volver a sus estudios. En lugar de un cazador que la rescate, hay una profesora. Se trata de una profesora que intenta reconducirla cuando ve cómo se está desviando del camino (como Caperucita) y a la que la protagonista recurre cuando cree tener todo perdido. O, podríamos decir, cuando el lobo se la ha comida enterita.  

Y decíamos que termina bien, en el caso tanto de Caperucita como de Jenny, porque la secuencia de hechos podríamos verla así: primero son obedientes y cumplen las normas de su sociedad como niñas buenas que son. Después se dejan seducir por el lobo y sus promesas de gratificación inmediata. Luego de eso se dan cuenta de que se han equivocado. Y finalmente vuelven a la vida anterior pero ya no sólo obedeciendo, sino eligiendo la vida que quieren. Bueno, no se alarga hasta ese extremo el cuento de Caperucita, pero bien lo podemos imaginar así y así sucede con Jenny. Después de la transición adolescente y de la caída en la seducción del lobo, sus valores y el tipo de vida que quiere llevar, son elegidos, son propios y no solamente el fruto de introyectos familiares y sociales.

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